29.3.12

Todos amamos a Tezuka: Apollo Song

Osamu Tezuka es el dios del manga. No hay más. Nadie se acercará a la genialidad que fue en los cómics ni lo hará en varios años en Japón. El hombre era más que un gigante; era un titán. Aquí en occidente conocemos una pequeñísima parte de su obra. Muchos conocen solo a su cándido Astro boy y a lo más otras cuantas obras suyas como Kimba el león blanco o La princesa Caballero pero siempre hemos ignorado una gran parte de su obra que lo revela no solo como el más grande exponenten del cómic japonés sino que probablemente el más grande de todo el mundo. Sí, eso dije. De esa envergadura es su obra no conocida en los países en habla hispana. Como ya dijimos: un titán.

     Hoy hablaremos de una obra de su etapa oscura. Sí, hubo un momento en que los mangas de Tezuka fueron influidos por el Gekiga, manga para adultos, y sus obras se profundizaron y ganaron en violencia y temas no tratados comúnmente. Así es, en vez de preocuparse por un nuevo tipo de cómic que podría superar su obra Tezuka absorbió sus características y llevó aun más lejos su arte. De esa época hoy destacaremos su obra Apollo´s song, editado por Vertical, en la cual Tezuka reflexiona sobre temas religiosos y centrales para el ser humano pero le da preferencia a lo que muchos consideran el motor de toda la vida: el amor.
     Nuestro protagonista es un muchacho al cual la vida lo ha tratado de un modo horrible y lo ha hecho renegar del amor por lo cual se lanza a destrozar todo rastro de amor que puede encontrar en el planeta. Las primeras páginas nos muestran a Shogo, pues ése es su nombre, asesinando a cualquier animal que muestra amor hasta su captura por las autoridades. Después de ser sometido es llevado a un hospital psiquiátrico. Aquí la historia se rompe y en una visión causada tal vez por los electrochoques o por un orden superior, La diosa Atenea, Shogo es condenado por la eternidad: vivirá miles de veces y se enamorará de la misma mujer pero siempre morirá antes de consumar su amor que siempre estará presente. Una y otra vez. Por la eternidad.
     La historia se lanzará en múltiples vida de Shojo que acabarán en el punto dictado por su condena y nos hace preguntarnos si todas las vivencias del personaje son premeditadas por un orden superior o por las medicinas y terapias a las que es sometido en el hospital. Mucho antes de Inception o tales experimentos de ciencia ficción estuvo esta obra de Tezuka. Durante cada una de estas historias desgajadas Shojo vivirá el amor y el dolor de perder. Para nosotros los occidentales será una bella historia pero debemos entender el fundamento budista de la reencarnación continua y el camino del buda que debe negar todo para alcanzar la iluminación; ¿acaso el amor nos sostiene o nos aparta del camino de la verdad? Ésa es la pregunta que nos ha lanzado por miles de años el arte de oriente y Tezuka maneja con maestría su parte en esta tradición.
     Desde este momento debo remarcar: la historia no termina bien. En este Tezuka oscuro y real se deben olvidar los finales felices de otras historias. Vaya, incluso en Astro boy muchos finales no eran felices. La destrucción y la muerte siempre existió en el mundo del creador de boina. Por supuesto, la anécdota es bella, hermosa; nos ayudará a proseguir con nuestra vida. Una enseñanza de un verdadero artista. Y debemos pensar Apollo´s song no es de sus obras mayores.
     Para finalizar debo recalcar que la secuencia de entrada, la representación tan concreta y carnal de la concepción, es brillante. Quiero describirla pues es tan bella pero es mejor leerla. No pierdan detalle cuando la tengan en sus manos. Se dice el estado del respeto al cómic en Japón está a miles de kilómetros de otros países. Es Tezuka que lo mantiene sobre sus hombros.

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