25.9.12

Lackadaisy Cats


Los años veinte. Fue la Era del Jazz, los Roaring Twenties, una época de bonanza para todos, de emprendimiento, de grandes hazañas. Fue también la era en la que el gobierno de Estados Unidos aprobó la Volstead Act, convirtiendo en ilegal la producción, venta y transporte de “licores intoxicantes”. Lejos de asegurar que los años veinte fueran también la era de la templanza y la salud nació la era de la Prohibición, una era marcada por un notable aumento en el crimen y la violencia. ¿Quién iba a pensar que el prohibir algo tan popular iba a causar tanto revuelo?

El contrabando de alcohol se convirtió en el eje del mundo criminal y en una mina de oro para quien sabía aprovecharlo. Desde ser un simple bootlegger hasta tener un speakeasy, pasando por producir tu propio moonshine o dirigir toda una red de contrabando, la Prohibición ofrecía una infinidad de carreras en las que uno podía crecer y triunfar o terminar durmiendo con los peces o comido por los cerdos. Y es así que nacieron las leyendas, aquellos cuyas hazañas criminales resuenan hasta nuestros días y siguen llenando las páginas de nuestros libros y las pantallas de nuestros cines. Pero no estoy hablando de figuras famosas como Al Capone o Johnny Torrio; estoy hablando de leyendas como Mitzy May, Viktor Vasko, Ivy Pepper , Freckle y Rocky Rickaby. Las leyendas del Lackadaisy Speakeasy.

Inserto en una época y lugar real, el St. Louis de los años veinte, Lackadaisy se nutre y al mismo tiempo crea un universo muy rico en personajes, situaciones, lugares; un universo que nos invita a explorarlo y descubrirlo a través de cada una de las páginas que Tracy J. Butler, la autora, dibuja con tal detalle que parecen ser fotografías sepia de la época.

Lackadaisy cuenta la historia del modesto speakeasy, un local dedicado a la venta ilegal de alcohol en tiempos de la Prohibición, que ha caído en desgracia y vive del recuerdo de sus tiempos de gloria. Pero aun así, hay quienes quieren ver al Lackadaisy una vez más resplandeciente y repleto de gente, de jazz y de licor.
Pero no se dejen engañar por las apariencias (porque son gatos y si les gustan los gatos pues los personajes se les van a hacer bonitos y si no les gustan como quiera les van a agarrar cariño), pues en esta historia no hay héroes y puede ser fácil borrar la línea que separa a los protagonistas de los villanos. Esta es una historia de criminales, de contrabando, de balaceras con tommy guns, de camionetas en llamas y de cuerpos destazados a los que se comen los cerdos. Lo que si es seguro es que todo eso lo van a disfrutar.


Desde el 2006 Tracy J. Butler nos sorprende este webcomic. Puede llegar a ser molesta la espera, pues solamente actualiza un par de veces al mes, pero todo se disculpa al ver la calidad y el detalle que tiene cada una de las páginas que conforman este cómic. Como ya lo mencioné, cada una está creada de manera que asemeja a una fotografía vieja, en tonos sepia, cuidando siempre que la iluminación sea la correcta y que se pueda sentir la vibra y el ambiente de los lejanos y maravillosos años veinte.

Si están interesados en leer este cómic dense una vuelta por ahí y comiencen a leerlo. Se engancharán rápidamente, no miento, y se enamorarán de uno o dos de los personajes, o bueno, de todos en realidad porque cada uno tiene su encanto. Lo importante aquí es que vayan y se pongan a leer Lackadaisy. Prepárense para clavarse.

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