30.10.12

El tehuacanazo represor: La mirada de Bachan y El fisgón del policía


Hoy tampoco tenemos tiempo de hacer una actualización en forma. Les dejamos de nuevo un ensayo inédito:



El tehuacanazo represor: La mirada de Bachan y El fisgón del policía

En el mundo tenemos estereotipos fuertemente implantados, uno llegan a tener tal poder que pasan al imaginario de la gente en forma de Arquetipo. El estereotipo del galante hombre ha pasado a ser un arquetipo de la seducción. También sucede con las leyendas como la Catrina de Posada que ha pasado a simbolizar la totalidad del día de muertos a pesar de crearse después de la génesis de esta fecha.
     Es cierto, las ideas de las personas muchas veces preponderan en nuestras mentes antes de la gente en sí misma, pero muchas veces tienen razón. Entonces  la terrible realidad aparece, nuestros prejuicios son todos reales. No se puede más que afrontar la realidad, de un modo trágico o humorístico. Otro tipo de confrontación podría afectar permanentemente.

     En México, el mito es tratado de manera satírica una y otra vez. De otra manera no podríamos soportarlo y pereceríamos bajo su peso. Diferentes autores de muy variadas artes lo han expresado de tantas maneras. El cómic no es diferente.
    El policía. Con solo mencionarlo a uno se le hielan los huesos. Lo que antes era un arquetipo del deber y la justicia, se ha transformando hoy en un día en un arquetipo de todo lo que está mal en el país. Corrupción, violencia, secuestros, violaciones, mordidas, colusión con el narco y los maleantes, aterrorizar a la población… no se terminarían de enumerar las faltas  surgida en la menta de alguien al mencionarlos.
     Como mencionamos, el cómic no se ha mantenido inerme ante tal tesoro susceptible de burla. Tantos autores se han burlado de ellos. Trino, Rius, Gabriel Vargas, Abel Quezada, muchos han logrado poner sus manos sobre ellos y darles una vuelta genial, cada uno a su manera.
     Sin embargo, aquí nada más mencionaremos a dos y haremos el contraste entre ellos. El Fisgón y Bachan, dos autores reconocidos y con diferentes tipo de obras detrás de ellos. Cada uno con su particular policía detrás de ellos. Vinny el perro de la Balbuena y Mike Goodness, animales con placa, poder y el poder bruto con el cual respaldarse.

Las aventuras del Sargento Mike Goodness y el cabo chocorrol
Rafael Barajas, historietista y caricaturista con el pseudónimo del Fisgón, es un hombre de mil usos, de los llamados factótum. Su mano de ha dejado sentir por multitud de medios y periódicos. Ha colaborado en La Jornada, la revista El Chamuco, con libros en el Fondo de Cultura económica e incluso con un libro cada seis años llamando a la concientización del pueblo. De la misma manera, es un historiador importante del cómic y ha estudiado la risa causada por el humor negro.
     En sus historietas existen varios personajes pero existen dos que resaltan por su retrato único de la policía: El cabo Mike Goodness y el cabo Chocorrol, dos hombres con un alma más negra que el carbón. Iniciando en la Jornada, la historieta también vio apariciones en la revista del Chamuco Durante un largo tiempo.
     Lo primero que llama la atención en el caso del personaje de Mike es el nombre, es ridículo, igual que el de subalterno. Pero no es solo un reflejo de los ridículo de los apodos usados por los agentes policiales o cualquier persona con un nivel cultural más bajo del socialmente aceptado. El nombre de Mike es el equivalente a una exclamación en inglés: ¡My goodness! La exclamación es una interjección con varios significados, es básicamente una sorpresa hacia una cosa, objeto u acción. Éste puede ser de sorpresa, exclamación, terror u ánimo. En el caso del personaje de El fisgón no puede expresar otra cosa sino asco.
     Por algo se les dice Puercos a los policías. Sea cual sea el caso, La imagen de Mike Goodness es horrorífica. Su cuerpo no es sino un acumulado de grasa grotesco coronado por la extraña fisonomía del sargento que  recuerda a la perfección a un puerco por su trompa y orejas deformes. La plana sosedad del Chocorrol hace que la figura del sargento resalte todavía más cuando los dos se encuentran en la misma viñeta o historia.
     Usando a estos dos esterotipos, El Fisgón se presta a realizar su relato donde plasma su propia visón de la realidad mexicana. Una nada esperanzadora. Mike Goodness es un ejemplar mal policía. Corrupto, asesino, torturador, violador, gorrón y, sobre todo, inepto. El chocorrol es quien normalmente soluciona los casos o hace de persona con poco cerebro cuando es necesario, Goodness solo se presta cuando se debe torturar o asesinar a alguien.

     La sátira es concreta y al punto. Se retratan todos los errores de la policía en nuestro país letra por letra. Mientras que los personajes son sátira concreta, sin embargo, los casos no lo son tanto. Muchas veces son parodias de cuentos conocidos, de género negro o fábulas pero con una final aterrizado en tierra. Y una fábula aterrizada en tierra con estos dos policías no puede garantizar sino un final trágico para todos excepto para ellos y para el espectador.
     Otra característica a destacar es lo grotesco. Desde las violaciones que realiza hasta el trato con drogas o la tortura con prisioneros, El Fisgón guarda muy pocos estándares conservadores cuando muestra estos temas. Por supuesto, no llega a los niveles del conocido gore o pornografía pero es lo suficiente para causar el disgusto entre sus lectores.
     La visión de El Fisgón, entonces, es una desesperanzadora. Si bien se ridiculiza y busca la gracia con estos policías de exagerados medios y acciones desorbitantes, no se aleja mucho de la verdad. Es un humor negro sensible pues se siente el grado de realidad en ellos, la risa es para ocultar otros sentimientos, principalmente la ira.
      Mike Goodness es un cruel y satírico reflejo de la sociedad, el arquetipo del policía retratado con mucha fidelidad. Es de la clase de sátira que invita a la pesada reflexión y elecciones en el día a día. Rafael Barajas, El Fisgón, no hace sino seguir la línea de sus anteriores trabajos con esta historieta, la utilización del medio de la historieta como un aparato no propagandístico sino concientizador.

     Mas lo terrible sería comparar a Mike Goodness con sus otros trabajos. Contrastar con sus cartones, cómics y caricaturas diarias en La Jornada y su serie de El sexenio se me hace… en donde colabora con los autores Hernández y Helguera podría llevar la sátira y el humor negro de Mike Goodness a una expresión de horror inusitada cuando veamos la fidelidad mostrada en sus otros trabajos, pues son en cierto punto reportes de la vida cotidiana, y encontrar a qué punto son coincidentes. Después de todo, Aguas Blancas no se encuentra muy lejos de los asesinatos de dos policías ineptos, desafortunadamente.
Vinny, El perro de la Balbuena.

Escrito por Bachan Primero en las páginas de la última época de la revista MAD México y continuando su publicación en Internet por medio de su página de internet produccionesbalazo.com, Vinny el perro de la Balbuena es otro ejemplo de la imagen del policía en México.
     Al ver su historieta, lo primero que salta a nuestros ojos es la calidad del dibujo de Bachan, efectivamente desarmando el argumento de la inexistencia de talento en México, tan corriente en el día de hoy.  Lo segundo es vital para su visión del personaje de policía en Vinny el perro de la Balbuena.  Sus personajes son animales que han pasado por una antropormización para llegar a ser lo que son. Animales suplantando a los humanos en la ciudad de México.
     En total disparidad con El Fisgón, Bachan no le da características de animales a sus personajes. No poseen solo la nariz de cochino y las orejas como Mike Goodness sino que en realidad son animales con tareas humanas en una ciudad de México como la nuestra. Hay cerdos, osos cocodrilos, gatos, gatas, leones, tiburones, tlacuaches, toda una serie de animales funcionando como una sociedad humana sin ningún problema.
     El existir como animales conlleva dos efectos en la historieta de Bachan. El primero actúa sobre los personajes: sus instinto se encuentra más en contacto con ellos, son superficiales. Si bien cada animal actúa como humano, Bachan coloca a cada uno en una relación directa a las características de su especie. Así, el león y el tiburón son los más grandes asesinos de una hermandad, el cocodrilo es el líder de la misma mostrando una mente fría y nula piedad contra sus enemigos. Las gatas son un símbolo total de sexualidad y ninfomanía. Los tlacuaches son personas pequeñas e imperceptibles. Todo esto nos lleva al protagonista:  Vinny.
     Al ser un perro, Vinny responde a todos sus instintos violentos. Es una máquina asesina y responde a la menor provocación. A diferencia de Mike Goodness, la violencia en una ciudad llena de animales antropomorfizados es menor; no la sentimos tan personal.  Por ello la violencia de Vinny es gratuita, un grado mucho más elevado que en la historieta de El fisgón. Las puertas son derribadas, el calibre de las armas gigantesco, los hoyos en las víctimas innumerables, las explosiones numerosas y las muertes se cuentan por  números considerables.  Este proceso probablemente no sería posible de no ser por los animales humanos usados por Bachan.
     Sin embargo, la apariencia animal de los personajes tiene un error al compararlo con los personajes del Fisgón. Si con el primero sentíamos emoción y horror ante una sátira tan real que nos transportaba a nuestro propio mundo con nuestras faltas,  Bachan realiza una labor de culpa menor. Los animales nos hacen sentirnos fuera de nosotros, de la realidad. No nos es tan pesado reconocernos en ellos pues son externos a nosotros y el decidido tono satírico del Fisgón aquí se vuelve totalmente paródico, bajando la fuerza de la incisión de la crítica. Explosiones, asesinatos, desmembramientos, pasen; en un mundo animal no sentimos en carne propia el efecto.

     Pero si Bachan parece no ser tan incisivo en el aspecto violento de sus personajes policiaco, encontramos una sub-historia envuelta en la parodia e igual de hiriente. La naturaleza de dejado de Vinny. Mientras ejerce su función como un policía con guante de hierro en la ciudad, Vinny es ninguneado en su casa por su pseudo-pareja IX. Estúpidamente obvia el negocio de prostitución, o dicho de manera elegante, casa de citas, con sede en su propia casa del cual IX y su familia son promotoras y gozosas empleadas. A pesar de mantener a todo este ejército de gatitas, el propio Vinny vive como pintor amateur, sin mojar nunca su brocha. El deseo sexual lo consume y no puede hacer nada pues todas sus artimañas son desarmadas ante las mujeres. Un salvaje asesino comparable a Atila El huno no es sino un mojigato. El arquetipo de policía es cacheteado por Bachan con estos defectos y lo deja en una pobre posición en la cual la parodia es más hiriente para los atacados; nadie quiere reconocer este tipo de defectos.
     Más adelante las aventuras de Vinny se alejan cada vez más de la clásica parodia del policía mexicano y entre en otro grupo, la parodia de las películas de acción americanas. Sindicatos internacionales de Crimen, Terroristas, asesinas con mucha más experiencia que Vinny y ninjas asesinos. El desarrollo de la historia personal de Bachan le lleva a alejarse aun más de la historia e hilar a su personaje como un antihéroe a diferencia de la parodia que fue  en un principio.  Cosa nada reprobable pues fue la decisión de su mismo autor tomar este camino. Mas, Mike Goodness nunca hubiera podido desempeñar este papel. La visión de El Fisgón se encuentra en un plano totalmente diferente.
    Finalmente, las dos visiones de los policías juegan en el mismo tono de burla y parodia pero ahí donde uno de los autores elabora en una parodia real y decididamente mucho más acida, el otro toma a un personaje y lo hace evolucionar, no sin antes aprovechar para ningunear un arquetipo temido por la mayoría de la gente. Así como los autores en el cine y en diversas artes varían entre ellos, la historieta es también una expresión susceptible de acoger variedad de ideas y transportar las ideas perfectamente por su medio.



    Si bien sería meritorio analizar o al menos mencionar todas las obras de cómic mexicano, o hispanoamericano, en las cuales se parodian los policías no terminaríamos nunca. Bachan y El Fisgón fueron perfectos para este ejemplo por su naturaleza opuesta pero ubicados en la misma línea. Bachan, la parodia extrema y lejana al hombre mientras que Rafael Barajas parodia extrema pero real. Dos miradas a un arquetipo en una expresión.

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