28.1.12

Esos franceses están majaretas




Tuve la fortuna de nacer en un hogar donde se fomentaba la lectura, mis padres siempre procuraron que sus hijos tuviesen libros a la mano, libros de todo tipo, de cuentos infantiles y no tanto, enciclopedias, revistas y demás. Los fines de semana, cuando querían darse un descanso, me llevaban a la sección infantil de la biblioteca pública en donde devoraba, más que nada, las historietas. Parece ser que ya desde entonces era un pakito (nerd mexicano). Pero en la biblioteca principal de Chihuahua eran inteligentes y le metían a los niños el conocimiento sin darse cuenta. Se hacían juegos, actividades o simplemente cuidaban que los libros que ponían a nuestra disposición fuesen de calidad ejemplar. Ahí conocí Proteo Fuerza 10, las aventuras de un fantástico androide metamorfo, quien en sus peripecias a través del universo y del microcosmos, me enseñó más de ciencia y de historia natural que lo que pudieron enseñarme después en una interminable sucesión de escuelas publicas. Ahí, un día en que algún gandalla me ganó el tomo de Proteo que deseaba leer, cogí como no queriendo un libro de Astérix el galo. Los dibujos de la portada eran bastante sugerentes y al abrirlo me encontré con una relación de personajes. De inmediato me atrapó y no lo pude dejar. Hoy, veinte años después, cada que encuentro un tomo de sus aventuras en algún café o tiendecilla, lo abro automáticamente y comienzo a leer.

Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor...



Como se puede adivinar, el comic trata sobre las aventuras de Astérix, un galo pequeño y narizón, cuyo ingenio y valentía lo meten en innumerables problemas así como lo sacan de ellos. La aldea de Astérix está rodeada de campamentos romanos, aparentemente más por una medida de contención que de represalia, y es que Panoramix, el druida de la aldea, posee el secreto de una poción mágica que dota a quien la bebe de fuerza descomunal e invencibilidad. Los romanos no tienen oportunidad cada vez que estos galos se organizan y les tunden entre gritos de “¡el de la derecha es el mio!”, o “¡no empujen, no empujen, hay romanos para todos!”.


A Astérix le acompaña su mejor amigo, Obélix, un hombretón grande y gordo, tallador de menhires * de la aldea, y además, repartidor de estos a domicilio. Obélix posee los efectos de la poción mágica de forma permanente, ya que de niño se cayó en la marmita donde Panoramix  la guardaba, y además, se la bebió toda. Posee un pequeño perrito llamado Ideafix, el cual los ha sacado de más de un apuro y es simplemente la adoración de su dueño. Si Astérix es todo valentía y astucia, Obélix es puro corazón y fuerza bruta. Juntos conocen egipto, las pirámides y a Cleopatra, Platican con el mismo cesar, visitan América, Inglaterra, pelean con piratas y vikingos y hasta son coronados en los juegos olímpicos.

Creados por René Goscinny (guion) y Albert Uderzo (dibujo)**, y aparecidos por primera vez el 29 de octubre de 1959 en la revista "Pilote", Astérix y Obélix fueron un éxito instantáneo. Pronto dejaron el formato álbum de revista europeo, que juntaba diferentes historietas de diferentes autores en un mismo cómic (como Heavy Metal o El Gallito) y comenzaron a publicar sus aventuras de manera independiente. Han sido traducidos, junto con Tín-Tín, a prácticamente todos los idiomas que cuenten con lectores (existen incluso ediciones en esperanto), son símbolo de la cultura francesa y han tenido múltiples adaptaciones fílmicas, con Gerard Depardieu como Obélix. En los videojuegos no han tenido mucha suerte, y aunque desde los tiempos de Atari han sacado un titulo en cada consola habida y por haber, casi siempre han resultado juegos de plataforma mediocres y sin importancia.
¿Cual es el éxito de Astérix? La comicidad de Goscinny es simplemente legendaria, sus juegos de palabras y su constante coqueteo con el anacronismo y los tópicos nacionales europeos han logrado que medio mundo lo celebre. Personajes exagerados, sensibles, inteligentes, ingleses que beben agua hervida, pues en el 50 a.c. aun no se descubre el té. Godos militarizados al estilo de los prusianos del siglo XIX de nombres impronunciables, españoles muy majos, griegos ruidosos y con muchos parientes, italianos ardientes o corruptos, ningún país se salva. Goscinny demostró que el mundo podía reírse de si mismo. Por otro lado el talento de Uderzo para el gag visual es insuperable, las viñetas sin texto son hilarante por sí mismas y el diseño de los personajes, tan europeo, es maravilloso. En fin, que Astérix conjuntaba humor para chicos y grandes, humor sano, blanco, culto y desternillante.

Goscinny murió en 1977 y esto detuvo un tiempo la publicación de más aventuras de los galos y sus amigos. Uderzo retomó después y por demanda popular, dibujo y escribió más tomos para los insaciables admiradores. Confieso que no he leído casi ningún tomo editado después de la muerte de Goscinny. Uderzo, a fuerza de convivir e ilustrar tantos años sus guiones, le aprendió algunos trucos, pero no posee la genialidad del fallecido. Recién me he enterado que Uderzo acaba de pasar la estafeta y que Jean-Yves Ferri se encargará de los guiones y los hermanos Frédéric y Thierry Mébarki serán los dibujantes. Así que tenemos Astérix para rato, aunque la calidad ya no sea la misma. Pero eso muchas veces a los fanáticos poco nos importa.

**Hay que mencionar que fueron creadores de más historietas, tanto independientemente como en conjunto. Oumpah-Pah, por ejemplo.

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