PyongYang

Como hemos visto numerosas veces en este blog, la historieta puede poseer muchas temáticas y no solo el de la risa fácil. Hasta ahora hemos visto el género autobiográfico, el crítico y el histórico entre otros pero nunca habíamos tocado uno muy especial que ha ganado popularidad. El de la crónica o reporte gráfico. En este género se documenta la realidad pero no desde un punto de vista personal sino uno más periodista y objetivo. El representante más importante de este género es Joe Sacco, autor que ha documentado historias que pensaríamos nunca veríamos en cómic pero sí en un largo reportaje propio del Pulitzer. Son recuentos largos, verdaderos y  llenos de vida y pesar.

     Sin embargo, junto con Sacco  también ha ganado fama un autor canadiense que también usa el mismo género pero un modo más libre y cotidiano: Guy Delisle. Considerando en la redacción de Desde el globo somos horriblemente pobres y ya estamos pensando en la prostitución para solventar la necesidad de comprar más cómics, hemos optado por hablar de Pyongyang y no de Joe Sacco por esta vez. Cuando juntemos más dinero y compremos la obra de Joe Sacco les entregaremos una reseña del mismo.
     La obra de Delisle empieza cuando tiene que viajar a la misteriosa Corea del norte por un trabajo de animación y el autor decide dibujar sus impresiones del país. Después de todo, no muchas personas entran a    Corea del norte, y muchas menos salen,  así que tendrá una gran oportunidad para describir al país comunista. Por supuesto, la visión de Corea del norte será una desarrollada en gran medida por el régimen, no pueden dejarlo entrar a sus campos de arroz por supuesto.

    Lo que sigue es una obra donde se puede sentir el día a día de un extranjero en el país asíatico pero también nos muestra choques culturales,la vida del mismo Delisle y sus manías y aficiones. El régimen se revela como un armatoste viejo, gastado y represor que está desesperado por dar una buena imagen a Occidente. Las vistas de construcciones abandonadas, sin terminar o con nulo mantenimiento son cotidianas en el libro y son un extraño elemento: a pesar de ser fracasos a simple vista se mostraban como éxitos del "Gran régimen coreano".

    Permeando todo esto se puede sentir un ambiente que reprime y constriñe en todo el cómic. Puedes sentirte como un atrapadon en el país, como el mismo Delisle lo sintió en su tiempo. Es eso donde el autor tiene un gran acierto: sus trabajos siempre parecen mostrarse tendenciosos o con un juicio a primera vista peo en realidad, una vez pensado, uno se da cuenta que no son sino reflexiones de una vida real a la cual podemos ser objeto. Delisle no puede mostrarse más neutro en su trabajo aunque la misma vida parezca inclinarse a enjuiciar los mismos hechos humanos.

     Aquí en Desde el globo intentaremos traer más cómics que traten de estas crónica gráficas. Así tengamos que vender a Eduardo, Raúl o Pancho para comprar más cómics. Haremos de todo para que conozcan el cómic que eleva.