Hace tiempo, Eduardo hizo una reseña de un cómic hecho en 24 horas. Una hora por página. Los ejercicios de esa índole, donde en un tiempo limitado los artistas deben hacer una historia, ya son muy comunes. En el festival francés de Angoleume son incluso anuales. En Estados Unidos llegamos a ver el Célebre Round Robin en un webcómic y México, por supuesto, no es la excepción.
Conozco, y tengo en mis manos en este momento, dos libros de Caligrama que toman este ejercicio desde un punto de vista algo alternativo. Se llaman Ocho por ocho pues es lo que se le puede considerar una actividad reducida: en vez de hacer un cómic de 24 páginas en 24 horas hicieron 8 páginas en 8 horas. Los libros recogen las historietas realizadas por diversos artistas con este ejercicio algo empequeñecido.
El tamaño, al final, no afecta la calidad del ejercicio; simplemente lo acorta. De este modo, los dos volúmenes reúnen los resultados de ejercicios del ocho por ocho. Artistas como Bachan, Ramos, BEF y otro se acompañan en distintas historietas realizadas en ocho horas. Por ahí podemos encontrar hasta al legendario Sergio Aragonés inaugurando la serie de historias.
Hablar del contenido de las mismas es difícil pues no se apegan a una temática aunque alguna coinciden en buscar un sentido al ejercicio de ocho páginas, ya sea esoteríco, simbólico o de otro modo. Cada una varía en trazo y hasta en calidad. Personalmente pienso que la realizada por Sergio Ramos en 8 por 8 GDL 2008 (para diferenciarlo del otro llamado ocho por ocho) es inmejorable.
Me encuentro con dificultad de dar un serie pues muchas de estas historietas se rompen o cierran violentamente. Tal vez yo deba hacer lo mismo, pero no creo encontrar un modo fiable de hacerlo. Los ejercicios de ocho por ocho en escritura probablemente no den el mismo resultado. A lo más, interrumpiré levantándome del asiento.
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