Los superhéroes de cómics han trascendido tanto y se han convertido en figuras tan universales que los artistas del cómic se pueden dar el lujo de crear una infinidad de historias alrededor de ellos.
Y, ¿qué mejor superhéroe que Superman para ser explotado en distintas historias? Es por eso que hoy decidí hablarles de uno de los cómics más interesados de este legendario superhéroe: Superman: Red Son, de Mark Millar.
Superman, pero en soviético. |
Superman es el superhéroe tradicional, el campeón de la justicia y, en resumidas cuentas, el mejor ciudadano estadounidense. Un joven criado en un pequeño pueblo campesino por una familia tradicional. Y si vamos de acorde a la tradición norteamericana, así como el mejor samurai, el mejor mohicano y el mejor na’vi son hombres blancos, el mejor hombre blanco del planeta es un kriptoniano.
El hombre de acero nació en una época en la que la gente creía ciegamente en su nación, y creció durante la guerra fría para representar el hemisferio del mundo de “los buenos”, de los gringos pues. Pasó a ser también el campeón de la libertad y de paso del capitalismo.
¿A qué viene todo esto? Superman: Red Son precisamente lo que hace es cambiar al personaje de fondo y convertirlo en la antítesis del Superman que conocemos. La historia comienza con un bebé del espacio que llega a la tierra y aterriza en la Ucrania controlada por la Unión Soviética. Y es así como nace un Superman que lucha por el socialismo, por los trabajadores, por el Pacto de Varsovia...
Superman, sovieteando o algo. |
¿Qué es lo que implica esto? Una reconfiguranción total del mundo, en el que la Unión Soviética ha logrado convertirse en un imperio prácticamente global, en el que los Estados Unidos más que una amenaza o un rival representan un ejemplo sobre lo terrible que es el mundo cuando no se es parte del régimen.
A mi parecer, en Superman: Red Son el personaje central no es Superman. Él solo sirve como catalizador para todo lo que ha ocurrido en este nuevo mundo. El cómic no se enfoca demasiado en presentarnos al hombre de acero, y busca más bien mostrarnos cómo ha cambiado el mundo simplemente por el hecho de que Superman no haya caído en Kansas. No vemos solo un mundo diferente políticamente hablando, sino que un universo de DC completamente diferente. La sola existencia de Superman, prácticamente la punta de lanza de DC, ha afectado el destino de todos los demás superhéroes. Batman ahora es ahora un vigilante soviético motivado por la muerte de sus padres en manos del régimen comunista; los linterna verdes son un escuadrón creado por Lex Luthor, y éste último se ha convertido en el líder de los Estados Unidos, y la única persona el mundo capaz de hacerle frente a la hegemonía de Superman.
Finalmente, la naturaleza de Superman sigue siendo la misma, pero ahora se ha desarrollado en un ambiente completamente distinto. Sigue siendo el mismo superhéroe prácticamente omnipotente que lucha por la justicia, por el pueblo, por la libertad, solo que ahora lo hace bajo el amparo del comunismo soviético. Necesariamente el cómic presenta una visión negativa del comunismo, y reproduce de alguna manera los temores que los norteamericanos sentían durante la guerra fría ante la supuesta amenaza del comunismo. Y, como en toda historia, al final “los buenos” son los que vencen. Pero no les contaré más.
Superman: Red Son es la más interesante historia alterna que he leído (quizá porque lo he leído Flashpoint). La recomiendo ampliamente, y estoy seguro que todo aquel que tenga algo de estima por los personajes de DC Comics también la disfrutará ampliamente.
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