Yeah...no.
Pero, ¿qué podemos contarles de una de las más grandes luminarias del cómic a nivel mundial? Acaso de su fama estratosférica que incluso se veía reflejada en gente esperando a Tin tín cuando regresaba de sus aventuras en stunts organizados por Le pêtite Vingtième, el periódico que lo vio nacer, o cómo llegó a tener su propia revista, o cómo a veces es descalificado por tener el volumen de Tin tín en el Congo que es reconocido como una de las historietas más racistas en toda la historia y su publicación es más controvertida que los archivos secretos del PRI, o incluso cómo la mitad de los franceses en el día todavía lo idolatran aún más que a ciertos dioses. No, no es fácil resumir la historieta del legendario Hergé en unas solas líneas. Y tampoco lo intentaremos; daremos un "identi-kit".
Dentro de todo, Tin tín era un simple reportero que se metía en las aventuras más grandiosas y llenas de acción que uno se pudiera imaginar. Como reportero del mismo periódico que lo publicó en sus primeros años, Tin tín y su fiel perro Milou (Si conoce a alguien que lo llame Snowy tiene derecho según ley francesa a matarlo) viajaron desde la Rusia Comunista hasta la luna pasando por templos indígenas, países comunistas y capitalistas ficticios hasta las zonas más escondidas del planeta teniendo las más grandes aventuras. Lo anterior no se dice levemente, Barks y Hergé son los referentes de toda historia de aventuras, incluso sobrepasando a muchos otros ejemplos de arte como la literatura o el cine. Sólo pregúntenle a Spielbergo y a George "Arruiné Star Wars" Lucas.
Además de redifinir la historieta de aventuras, trágate eso Milton Cannff, los personajes creados por Hergé son entrañables. No sólo el valiente Tin Tín y el adorable Milou sino el genial Capitán Haddock, preferido por el editor porque es igual de alcohólico que él, el profesor Tornasol y Dupond y Dupont, policías casi ineptos, y el antagonista más recurrente: Rastapopoulus, un malvado millonario especializado en todo tipo de trato ilegal. Todos ellos y más aparecían y desaparecían de la trama para después reaparecer en otro volumen. Igual que otros autores, Hergé mantenía una cuadrícula de personajes que reflejaban todas las relaciones y altibajos del mundo de Tin tín.
Hay demasiadas cosas que se podrían decir de esta obra maestra. Si existen cuantiosos libros de él, películas, series, biografías en cómics, y hasta altares secretos en algún cuarto secreto de uno de nuestros colaboradores, a un lado de uno de Carl Barks y el monito vudú de Alan Moore, no podemos esperar describir a todo la producción de Hergé aquí pero queremos resaltar un último punto. Cómo la misma perpectiva de su creador cambió gracias a su volumen de El loto azul y pasó de a Tin tín en el Congo donde usaba los peores estereotipos hasta Tin tín y los pícaros donde critica un sistema imperante en la sociedad y taclea problemas del colonialismo más tarde en su producción (cosa irónica viniendo de uno de los países con práctica colonialistas más crueles).
Es una lástima que Hergé no pudiera terminar el último volumen de Tint tín y Alpha art donde el archivillano Rastapopulus regresaba. Uno solo podrá imaginar cómo hubiera seguido evolucionando el personaje (además de cuánta más fortuna podía amasar).
It´s really that racist...
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