Somos necios. Pensamos que un gran acierto, All Star Superman, debe reflejar que un autor debe tener algo más bueno, aunque sea una cosa más buena...pero no. Morrisson sigue decepcionándonos. El editor está algo enojado porque gastó mucho dinero en la edición de pasta dura de Flex Mentallo con mucha esperanza...y no, seguimos odiando a Morrisson.
El problema es que Morrisson ofrece una historia y sale corriendo sin mirar atrás. Sin atarla en ninguno de sus niveles o darla en un formato. Es pretencioso en la deconstrucción y en sus mundos paralelos. Morrisson quiere sentirse un Hergé, Tezuka o Vargas pero no llega ni a Jorge Pinto. Las construcciones de sus historietas dan la impresión de ser tan complicadas pero el andamiaje detrás de ellas no está construido de modo fuerte y caen al no tener más interés que el superficial. Empiezo a sentir que teme lo simple porque no puede trabajarlo. Vaya, ni siquiera el exquisito trazo de Frank Quitely lo salva. Claro, para la gente pasa por "Oh, Morrisson tiene las ideas más locas del mundo. Es super original".
El argumento ni importa. Vean el hombre musculoso e imagínense que están viendo un sensacional de maestras, sale mejor. Odio esta historieta pretenciosa que no llega a nada sino un debraye sin forma. Planetary lo ilustra mejor en solo un número, la realidad ficticia y el poder de las ideas como principio y motor filosófico universal. Prometo que la próxima vez reseñaremos Planetary o algo que valga la pena. Maldita sea, lo que me costó este cómic podría haberse ido a pagar la mitad de un libro de Terry and the pirates. fuck you, Morrisson. Fuck you.
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