18.1.13

Vagabond, atemperando la katana.

Cuando uno ataca con su espada no debe concentrarse en la fuerza de sus manos. Si lo hace, está muerto. La verdadera fuerza del corte no viene de las manos, de las muñecas o del hombro sino de las caderas. Todo el cuerpo debe estar en sintonía con esta parte que está tan cerca del centro de gravedad si quiere lograr matar a su oponente. Como una máquina bien aceitada, todo responde a un centro. Ese centro bien podría ser el mismo universo que nos llama y nuestras extremidades los planes o galaxias. Después de todo, estamos hechos de polvo de estrellas igual que todo en el universo. Así, en el combate donde podemos morir o vivir en cada segundo estamos en sintonía con todo, con nosotros y el universo a la vez.  Ahí, en el filo de la espada eres todo y tu vida misma está en esa arma. Cuando logras que la espada esté en ti, podrás cortar a dios.
¿Difícil de entender? por supuesto, muy poca gente lo logra. En Japón el que más se acercó con este pensamiento fue el legendario Miyamoto Musashi, el más grande samuraí de todos los tiempos. Su vida es tópico de leyenda y mitos; es el prototipo de guerrero japonés: un maestro de la espada y un artista.  No nos debe sorprender, entonces, la existencia de Vagabond. Un manga dedicado a ilustrar toda su vida.
Takehio Inoe, mangaka de la conocida Slam Dunk vuelve de la vida de Miyamoto Musashi una obra de arte que es vida y religión en sí misma. La gente siempre cita este cómic por su gran calidad de trazo y geniales batallas pero hay mucho más detrás. En él se encuentra contenido toda una filosofía de vivir y pelear. Musashi aquí no es un genio que logró derrotar a los más grandes maestros de la nada. Comienza siendo un bruto de la montaña y como una verdadera espada se va refinando con el tiempo y la pelea. No sólo encuentra un crecimiento externo sino que su espíritu crecer a altura nunca antes vistas. Su espada es religión , arte y vida en uno.
     Es un lugar común decir que las religiones orientales son algo incomprensible para los occidentales y muchas veces no es cierto pero aquí se parte de una concepción que es allende para muchos: todo tiene su espíritu y todo está conectado. Aquí la concepción de dios no existe porque reside en ti y puedes lograr este nivel. El camino de la espada y la religión budista se entendían totalmente en estos aspectos. Por ello congeniaron tan bien en Japón y así por momentos Musashi suena más a un monje que un espadachín.
Aunque yo resalte el aspecto espiritual de Vagabond, la serie es como mucha literatura y puede vivir en diferentes niveles. Es un excelente género de accion, es una genial recreación del japón antiguo y los personajes están desarrollados de un modo envidiable. Sin embargo, me llama más la atención el efecto espiritual de Vagabond y estoy seguro que es lo primero en lo que piensa Inoe a la hora de escribir. Incluso me lo imagino meditando antes de dibujar y usando su pincel con respeto como si de una espada se tratara.
     Las caras por supuesto, las expresiones de Inoe son geniales. Ya desde Slam Dunk decían tanto y en esta serie podríamos llamarlas, sí que horrible frase tan sobre usada, poemas. Los encuadres son perfectos, no sólo de película sino de algo más. Están a medio camino entre pintura, caligrafía y cine. Cada uno de los rasgos nos muestran a un monstruo de la emoción. Como comparación me gusta usar a Naruto y a Bleach, dos de las peores series en el apartado de mostrar las emociones en viñetas. Kishimoto y Kubo bien podrían dibuja un culo echándose un pedo en vez de caras, daría lo mismo con sus trazos muertos y expresiones tontas de sus protagonistas. Musashi es totalmente diferente, el plano nos cuenta todo un camino, todo el sentir en una mejilla, en  una ceja o en los ojos. Las lágrimas nunca se habían visto tan vivas aunque sean nada más dos o tres y no un río (a diferencia de Naruto que en un capítulo el protagonista entra en shock porque su perra, sasuke, los abandonó y no logra ser dramático sino que más bien parece un animal herido que ruega lo saquen de su miseria).
Es así que Vagabond tiene mucho para la gente. Eres religioso, ve cómo las religiones orientales expresan su comunión con todos los seres y no temen la muerte pero aun así se aferran a vivir como si pudieran mover montañas. Eres fanático de la acción, Musashi tiene una batalla con 70 samurais. Te encanta el arte, podrás ver cómo Inoe intercala dibujos en pincel (parecidos a los que realizaba el mismo Musashi) en los capítulos y los paisajes tan hermosos que hasta asustan. Te encantan las historias de amor, el personaje de Otsu te derretirá. Te gusta el conflicto entre amigos, Takezo y su amigo de la niñez.
     Vagabond es uno de los mejores manga actuales y deberían leerlo. Incluso si este artículo escrito a la carrera les pareció soso. No se arrepentirán.

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