13.12.11

Kingdom Come: Orden y ruptura

Tratar sobre Orden requiere establecer una definición del concepto. Para Santo Tomás, es “cierta relación reciproca de las partes”;[1] San Agustín lo concibe como “una perfección. Desde el punto de vista metafísico, el orden es la subordinación de lo inferior a lo superior, de lo creado al Creador. Si no hubiera tal subordinación, no habría orden, sino desorden”.[2] Asimismo, que el mundo esté ordenado significa, para Gottfried Leibniz, que está ontológicamente jerarquizado: “hay orden porque hay un principio de ordenación según el cual cada cosa está en su lugar”.[3]

Para Sigmund Freud, el orden es “una especie de impulso de repetición que establece de una vez para todas cuándo, dónde y cómo debe efectuarse determinado acto, de modo que en toda situación correspondiente nos ahorraremos las dudas e indecisiones. El orden, cuyo beneficio es innegable, permite al hombre el máximo aprovechamiento de espacio y tiempo”.[4]



Existen diversos tipos de orden: religioso, económico, militar. Todos, pertenecen a un determinado sistema social.[5] Éste consiste, según Talcott Parsons, en:

Una pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí en una situación que tienen, al menos, un aspecto físico o de medio ambiente, actores motivados por una tendencia a obtener un óptimo de gratificación y cuyas relaciones con sus situaciones -incluyendo a los demás actores- están mediadas y definidas por un sistema de símbolos culturalmente estructurados y compartidos.[6]

Ahora bien, Parsons utiliza, como unidad básica del sistema social, el concepto rol-estatus. El estatus, refiere a una posición en el sistema estructural y el rol,[7] a lo que hace el actor en esa posición. Por tanto, se considera al actor como un conjunto de estatus y roles. No hay roles sin los correspondientes estatus, y viceversa.

Los roles, se organizan cuando están garantizados por la autoridad. De esta forma, la configuración de rol está garantizada por un jefe que ejerce autoridad sobre los miembros, entonces, a esta configuración se le puede llamar institución.[8] Según lo anterior, el rol es la unidad que configura las instituciones y, simultáneamente, la institución es la unidad que construye la concepción de estructura social. En este sentido, la sociedad es el conjunto de individuos que comparten fines, conductas y cultura, y que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una comunidad. De esta manera, toda persona individual dentro de una comunidad o sociedad dada: “refleja en su estructura organizada toda la pauta de relaciones de la conducta social organizada que dicha comunidad o sociedad exhibe o pone en práctica, y su estructura psíquica está constituida por el molde impuesto de la estructura social”.[9]

Al hablar de sociedad,[10] debemos tener en cuenta que ésta no existe al margen de los individuos concretos, ni tampoco se puede hacer del individuo un absoluto ignorando que es, por esencia, un ser social. La moral, como forma de comportamiento humano, tiene también un carácter social, ya que es propio de un ser que, incluso al comportarse individualmente, lo hace como un ser social.

La moral tiene la función de regular las relaciones entre los individuos, o entre éstos y la comunidad para contribuir a mantener y asegurar determinado orden social. Pero, estas relaciones se hallan socialmente condicionadas, justamente porque el individuo es un ser social o nudo de relaciones sociales: “El individuo se comporta moralmente en el marco de unas condiciones y relaciones sociales dadas que él no ha escogido, y dentro también de un sistema de principios, valores y normas morales que no han inventado, sino que le es dado socialmente, y conforme al cual regula sus relaciones con los demás, o con la comunidad entera”.[11] “su necesidad y la función social correspondiente explican que ninguna de las sociedades humanas conocidas, hasta ahora, desde las más primitivas, haya podido prescindir de esta forma de conducta humana”.[12]

En El malestar en la cultura, Freud menciona que existen, en primer lugar, impulsos biológicos del hombre[13] que buscan una plena expresión. Hay, después, el orden social que consiste en un aparato para manejar y reducir los impulsos, para la canalización social de las tensiones y para la renuncia a las satisfacciones instintivas.[14] Precisamente, son los impulsos biológicamente enraizados que, de vez en cuando, rompen el control social y se abren paso a través de éste. Sin embargo, los impulsos de un solo individuo no afectan al orden social; no así, cuando éstos se canalizan en varios individuos que pueden iniciar una revolución a partir del impulso biológico y la coacción social. Y, de esta forma, poner en peligro la estructura social o política de un estado.

Ya hemos presentado la construcción del orden social, sin embargo, es necesario saber que en todo orden siempre habrá un sujeto que puede, por un lado, transgredir[15] las normas establecidas en la sociedad y en consecuencia recibir un castigo.[16] Y, por el otro, buscar un canal de fuga. Éste último, es un espacio que no está reglamentado social ni jurídicamente, pero, es usado frecuentemente por los individuos para evadir el orden social sin afectarlo.

En los cómics de superhéroes es normal que el orden se vea transgredido por algún villano cuando infringe una pauta del sistema social establecido. Por su parte, el héroe acude a la reparación de la transgresión por medio de un castigo. Se puede decir que es una constante a través de la cual se desdobla permanentemente el argumento de este tipo de cómics. Sin embargo, en Kingdom Come, la transgresión del orden se lleva acabo cuando un superhéroe, a quien le toca aplicar parte de la justicia, quebranta las reglas morales en las que se sustenta el sistema social.

Después de que Jocker asesinara a la plantilla de trabajo del diario “El planeta”, las normas de la sociedad exigirían la aprensión del asesino para posteriormente juzgarlo de acuerdo con ley que la rige. No obstante, Magog, un metahumano, con calidad de superhéroe, viola el procedimiento y asesina al infractor tomando justicia por propia mano. Este acto, por supuesto, sería castigado por la institución de justicia, pues el acto individual exhibido a las masas representaría una amenaza al orden. A pesar de la falta cometida, Magog, es absuelto, no sólo por el juez, sino por toda la ciudadanía. Esto se debe al incumplimiento del pacto social por parte de las instituciones hacia el ciudadano: no garantizar el estado de derecho. Magog termina siendo la proyección de la sociedad: la impotencia ante un sistema ineficaz que no cumple con su rol –garantizar la seguridad de los ciudadanos–, por ello el acto es aprobado. Con ese hecho, Superman, representante de la institución de justicia, se ve relegado y obsoleto ante una ruptura y cambio de orden. De esta forma, la sociedad anula a una institución, ya no arcaica, sino incompetente para salvaguardar la seguridad de su núcleo: el ser humano.

Superman, frustrado con el mundo exterior, revela la necesidad de huir de la realidad cuando ésta se torna agresora mediante un aislamiento voluntario. La liga de la justicia, al ver a su líder derrotado sigue sus pasos y se disuelve. Algunos otros, como Batman, mantendrán bajo su resguardo a sus ciudades. Sin embargo, la ruptura del orden acarrea un nuevo sistema de justicia que se identifica principalmente por ser una institución amoral, sin misericordia y que golpea antes de preguntar. La vida, como era entendida para la antigua institución de justicia, desaparece para dar paso al nuevo sistema no impuesto por la sociedad, sino un solo grupo de ésta: los metahumanos. Los métodos empleados por esta nueva institución conllevan a la anarquía. El canal de fuga que alguna vez representó Magog se convierte, con en el apoyo de la sociedad, en brecha para desaparecer a la cultura y su civilización.

Una generación después, y por súplicas de la Mujer Maravilla, Superman, junto a la liga de la justicia, regresa para restaurar el orden. Mas recuperar tal estado significa iniciar una serie de castigos a un número cuantioso de infractores que representa la guerra entre superhéroes con ideales distintos. No hay que olvidar que el regreso de Superman viene precedido por un autoexilio, si bien es voluntario, también es porque se deja manipular por las masas que apoyaron la ruptura: “Nosotros regresamos para enseñarles el significado de Verdad y Justicia. Juntos guiaremos a los nuevos a la sabiduría… a la fuerza si es necesario y restauraremos el orden”. A través de las palabras de Superman se puede ver la arrogancia que siempre lo ha caracterizado y con ella también el desencadenamiento de distintos grupos: el de Magog, el de Batman, el de Lex Luthor y el de la onu. El primero intenta mantener su hegemonía; el segundo, intenta regresar el orden de manera pacífica y gradualmente; el tercero, busca regresar el orden para beneficio personal y, el cuarto, busca recuperar el orden y un mundo que les pertenece.

Previsiblemente el grupo de Superman es más fuerte. Toma como prisioneros a los metaumanos que no quieren integrarse a sus líneas para rehabilitarlos en el Gulag. Batman, por su parte se alía a Lex Luthor para enfrenta a la Liga de la Justicia y la onu analiza la destrucción del Gulag con bombas atómicas. Si bien es cierto que la Liga de la Justicia no encuentra adversario, Lex Luthor manipula al Capitan Marvel para que sea la parte que equilibre la desigualdad entre facciones para su causa. Con el paso del tiempo, el Gulag se llena a su máxima capacidad y tras un amotinamiento –que desemboca en la muerte de , el Capitan Marvel ayuda a escapar a los metahumanos. La guerra entre prisioneros y la Liga de la Justicia comienza. Batman y su grupo llegan al enfrentamiento para evitar más muertes. La onu aprueba utilizar bombas atómicas para desaparecer a la amenaza humana: los superhéroes. Batman y Maravilla controlan dos de las tres bombas, sin embargo, la tercera cae. Dándose cuenta de la realidad y fatalidad inminente, el Capitán Marvel y Superman detienen su batalla y tras tomar el lugar de Superman, Marvel detiene la bomba. No obstante, por la radiación, muere la mayor parte de metahumanos. Superman gobernado por la ira vuela al edificio de la onu y pretende derribarlo con sus integrantes dentro. Mas se observa como espejo de Magog y comprende que también su llegada a la tierra originó una ruptura al Orden imperante: los humanos son los habitantes de la tierra e integrantes de la sociedad, son quienes deciden su futuro.

El propósito era que a través del estudio del Orden social se lograra discernir que la sociedad está regida por un orden represivo y abrumador; donde al individuo no le es permitido inventar principios, normas o valores ni modificarlos de acuerdo a sus exigencias personales.

La persona al nacer está sujeta a determinadas reglas establecidas y aceptadas por la sociedad. Cuando crece, es capaz de decidir si mantiene su conducta al margen de lo normativo o busca satisfacer sus impulsos biológicos. También, como lo mencionábamos anteriormente, puede utilizar un canal de fuga para transgredir el orden sin afectarlo.

De esta manera, el orden social es castrante pero necesario porque reduce los impulsos, las satisfacciones instintivas del hombre. De no ser así, la sociedad viviría una época de crisis; sus componentes, al caer anarquía, tarde o temprano terminaran coinvirtiéndose en desalmados. Con esto, podemos decir que los individuos, al sujetar su conducta fuera de las normas establecidas en una comunidad, se convierten en infractores del orden social. Sirvan de ejemplo, tanto los sujetos que transgreden las normas sociales y usan la doble moral para ocultar sus actos; como los que a través de la fiesta rompen con la estructura social; o un adolescente que, al estar sexualmente reprimido, viola los principios morales para satisfacer sus instintos sexuales.

Quedan pendientes en este trabajo muchos temas, con las opiniones podemos extenderlo.



[1] José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía (Barcelona: Ariel filosofía, 2004), tomo iii (k-p), p. 2646.

[2] Loc. cit.

[3] Ibid., p. 2647.

[4] Sigmund Freud, “El malestar en la cultura” en El malestar en la cultura (España: Alianza, 2006), p. 38.

[5] El concepto de sistema social es equivalente al de estructura social. Éste último, lo define Francisco Sánchez López como “el conjunto articulado de elementos reales que son coextensivos con la sociedad en cuanto todo, radicales desde el punto de vista analítico, relativamente estables, la diferencian objetivamente, se imponen a los grupos, condicionando su comportamiento, y son finalmente interfuncionales. Ahora bien, los elementos reales que, según él, integran la estructura social son: el cuadro temporo-espacial, los cuadros básicos ocupacionales-industriales, los económicos, político-administrativos, los cuadros jerárquico-políticos de diferenciación social y los cuadros básicos de la vida religiosa”. Francisco Sánchez Vásquez citado por Raúl Béjar Navarro, “¿Existe una manera peculiar de ser del mexicano?” en El mexicano, aspectos culturales y psicosociales (México: unam, 1979), p. 36.

[6] Talcott Parsons, El sistema social (Madrid: Alianza, 2002), p. 19.

[7] “Un rol es un sector del sistema de orientación total de un actor individual que se organiza sobre las expectativas en relación con un contexto de integración particular, el cual está integrado con una serie particular de criterios de valor que dirigen la integración con un alter (sistema de expectativas relativo a otro dado) o más en los roles complementarios adecuados”. Parsons, El sistema social, p. 48.

[8] “Una institución es un complejo de integraciones de rol institucionalizadas que tiene significación estructural en el sistema social en cuestión. Hay que considerar que la institución es una unidad de la estructura social de orden más alto que el rol, y ciertamente se constituye por una pluralidad de pautas de rol interdependientes o componentes de ellas. [...] La institución tiene, pues, que ser distinguida claramente de una colectividad. Una colectividad es un sistema de roles específicos concretamente interactivos. Una institución, por otra parte, es un complejo de elementos pautados como expectativas de rol que puede aplicarse a un número indefinido de colectividades”. Ibid., pp. 48-49.

[9] Béjar Navarro, “¿Existe una manera peculiar de ser del mexicano?” en El mexicano, aspectos culturales y psicosociales, p. 35.

[10] “La sociedad se finge una totalidad que vive por sí y para sí. Pero si la sociedad se concibe como unidad indivisible, en su interior está escindida por un dualismo que acaso tiene su origen en el momento en que el hombre se desprende del mundo animal y, al servirse de sus manos, se inventa a sí mismo e inventa conciencia y moral. La sociedad es un organismo que padece la extraña necesidad de justificar sus fines y apetitos. A veces los fines de la sociedad, enmascarados por los preceptos de la moral dominante, coinciden con los deseos y necesidades de los hombres que la componen. Otras, contradicen las aspiraciones de fragmentos o clases importantes. Y no es raro que nieguen los instintos más profundos del hombre. Cuando esto último ocurre, la sociedad vive una época de crisis: estalla o se estanca. Sus componentes dejan de ser hombres y se convierten en simples instrumentos desalmados”. Octavio Paz, “Apéndice: la dialéctica de la soledad” en El laberinto de la soledad (Madrid: Cátedra, 2007), p. 348. También, véase Felipe López Rosado, “La sociedad” y “El origen de la sociedad” en Introducción a la sociología (México: Porrúa, 1971), pp. 45-60.

[11] Ibid., p. 61.

[12] Ibid., p. 60.

[13] “Los estímulos instintivos no proceden del mundo exterior, sino del interior del organismo. Por esta razón actúan diferentemente sobre lo anímico y exigen, para su supresión, distintos actos”. Freud, “Los instintos y sus destinos” en El malestar en la cultura, p. 144

[14] “La satisfacción de los instintos, precisamente porque implica felicidad, se convierte en causa de intenso sufrimiento cuando el mundo exterior nos priva de ella. Negándonos la satisfacción de nuestras necesidades. Por consiguiente, cabe esperar que al influir sobre estos impulsos instintivos evitaremos buena parte del sufrimiento. Pero esta forma de evitar el dolor ya no actúa sobre el aparato sensitivo, sino que trata de dominar las mismas fuentes internas de nuestras necesidades, consiguiéndolo en grado extremo al aniquilar los instintos, como lo enseña la sabiduría oriental y lo realiza la práctica del yoga. Desde luego, lograrlo significa al mismo tiempo abandonar toda actividad (sacrificar la vida), para volver a ganar, aunque por distinto camino, únicamente la felicidad del reposo absoluto”. Freud, “El malestar en la cultura” en El malestar en la cultura, pp. 23-24.

[15] La Real Academia Española de la Lengua define transgredir como: violar, quebrantar una ley o norma.

[16] Dícese de la pena impuesta al que ha cometido un delito o falta.

2 comentarios:

  1. Oigan, el autor de la entrada es Pancho pero no le respondía blogger así que tuve que publicarlo yo. Nada más acá avisando.

    ResponderEliminar
  2. Y todavía te falta el final "final", aunque no agrega nada a la trama es muy "llegador".

    ResponderEliminar