Hay pocos momentos en los que es grato aceptar cuando te callan la boca, aquí hay uno de ellos. La experiencia del Festo cómic es muy diferente en vivo que a través de un monitor encerrado en mi cuarto; los errores que llegué a tener en algún momento eran totalmente infundados.
Mi plan original era sólo asistir a la mesa de discusión sobre el nombre de Novela gráfica para el cómic -Odio el término de novela gráfica, lo odio-; sin embargo, acabé recorriendo todas las mesas y gastando dinero que no tengo en cómics. Es lo triste de una convención o encuentro de libros o historietas; el dinero se esfuma más rápido que en un table dance y es peor visto.
Al ir desde mi casa no pude llevar mi bigote postizo que prometí usaría. Una lástima, en verdad. Cómo iba ya con retardo pasé lo más rápido que pude a través de todo el edificio, pasando por una monumental catrina y varias mesas llenas de autores ofreciendo sus cómics y mercancía, para llegar al monumental salón donde se llevaría la conferencia. No estoy exagerando, el lugar donde se llevó la conferencia parece estar diseñado para hacer consciente de su tamaño al público.
La mesa estuvo mucho mejor llevada que la pasada comentada en este blog. BEF, autor de Monorama y otros trabajos además de escritor, fue un moderador mesurado que dio un lugar amplio a cada uno de sus participantes y ofreció un recorrido currícular de cada uno de ellos -un recorrido en extremo específico y completo. uno pensaría BEF observa a sus presentados mientras duermen. Después de ello, insertó la problemática de los distintos nombres del cómic. No transcribiré la plática aquí, no somos The Comics Journal, pero entre sus puntos más importantes fue el coincidir en gran medida que el nombre de novela gráfica es un movimiento más mercadológico que de otro arte; del mismo modo todos estuvieron de acuerdo en reconocer a la novela gráfica como cómic. Entre los participantes estuvieron Cecilia Pego, mujer hermosa y creadora de Horrora y Tabú; Adriano, no estoy tan familiarizado con él; Betteo, extraña construcción de pelo e historieta, y Luis Fernando, autor de la vieja guardia de sobra conocido con pelo de místico.
Acabada la mesa dieron lugar a las preguntas y respuestas donde terminé metiendo mi sucia y apestosa nariz. No teman, fue un simple comentario; no intenté apoderarme de la mesa para dar perorata de teoría, ¿quién soy para hacer eso? Comenté sobre tiras cómicas que habían llegado a la lista de mejores cómics del siglo XX, donde estaban incluidos Krazy Kat y Calvin & Hobbes, dos cómics por los cuales tengo un gusto desmedido. Gran oportunidad para poner una imagen de alguno de estos dos cómics, por cierto.
Al finalizar la plática me acerqué a Luis Fernando para preguntarle sobre cierta información. Después de ello me dí a la compra desmedida y compré un libro de Josuedric, excelente persona. Aproveché una oferta de Horizonte cero. Me lamenté no tener suficiente dinero para comprar la siguiente antología del Bulbo -ponderé en ofrecer cuerpomático. También aparté un volumen de la nueva obra de Luis Fernando y tuve una plática muy sabrosa con el creador de Buba, Pepe Quintero. (En medio de todo esto fui al baño pero no creo tenga mucha importancia).
Al final, salí contento pues existe mucho cómic que no conozco ni he leído y espero leer (excepto Bunsen, fuck Bunsen). Como se ve, el mercado mexicano no está muerto ni nada parecido por lo que no es necesario saltar por una ventana y anunciar el apocalipsis. El mercado existe, los autores existen, los lugares existen y seguirán existiendo. Los demás... sale, siempre sale. Tal vez en la pasada oración me equivoque pero no soy un historiador del cómic; a lo más soy un lector avorazado, avezado y un poco atolondrado pero con lo que ví, auguro un buen futuro para el cómic. Desde el globo estará ahí, por supuesto.
P.D. Sírvase ver los links para encontrar al autor mencionado y sus obras.
P.D.D. Prometí no ser teórico en este blog pero sí les interesa ver unos apuntes sobre ello podría hacer una entrada de ello. Háganoslo saber en los comentarios.
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