No en vano "todo" tiene un nombre. Si bien somos del reino animal, también somos del género homínido y a su vez del humano, mas para cualquiera sería insultante si lo comparasen con su enemigo, vecino, profesor, tío o cualquier otra persona non grata para él. Por ello todos tenemos nombres, actitudes, aptitudes, criterios y, sobre todo, libre albedrío para diferenciarnos de los demás. Suelen confundirse, y no por parecidos, sino por obedecer a la superficialidad, a uno de otro: la mirada de reojo fatídicamente castiga con su desprecio. La argumentación se complica entonces. El cómic no es lo uno u otro, es simplemente: cómic.
El primo más cercano al cómic es, por supuesto, el cine. La secuencia o serie de imágenes o viñetas, según sea el caso, son inherentes a su composición. Sin la existencia de la sucesión continua nos encontraríamos frente a un cuadro de Picasso, a una caricatura de Posada por ejemplo. Sin embargo, no es el único familiar que tiene. Normalmente, tal vez por su cada vez más mermada producción e interés del público, se olvida nombrar a la obra teatral como su prima hermana. Sí. A estas tres propuestas las une la sucesión de imágenes, viñetas o escenas: sin ellas no sería posible el desarrollo de la visión o interpretación personal o colectiva que quisiesen expresar. Uno lo hace mediante la celulosa y a velocidad de 24 cuadros por segundo; otro, culmina su construcción sobre el escenario; el cómic, lo hace desde hace tiempo en el papel y, ahora, con la llegada de la postmodernidad, también por la WEB.
Las tres desdoblan desde su seno un tema de interés humano, es el objetivo de su duración. Lo hacen mediante otro hilo que teje su familiaridad en su árbol genealógico: La ficción. Cada una interpreta el libreto a su manera y nos lleva de viaje al centro de la tierra o acompañar a don Juan Tenorio a las habitaciones de las bellas damas o presenciar La caída del murciélago. El guion se adereza con la focalización del director, podría quedar en ella, no obstante, ésta aparente restricción se desvanece cuando la obra conduce a la catarsis y logra el cuestionamiento personal o simplemente el divertimento.
La escritura, memoria auxiliar del ser humano, notifica cierto interés del hombre hacia la manifestación de visiones, interpretaciones personales o colectivas alejadas de cualquier interés vacío y plasmadas a través de diversos recursos como la arquitectura, la pintura, la música, la danza, la literatura: las bellas artes. El cómic, como se ha manifestado anteriormente, tiene similitudes asombrosas con dos de ellas, fácilmente podría ser hermandado con éstas, si bien pertenecen a la misma familia, el cómic tiene patria potestad sobre sus obras. Llamarla arte o simplemente artesanía, depende en medida de la seriedad con la que se le atienda, no se equivoque nadie, en este blog no venimos a imponer alguna definición, sino a cristalizar sus diferencias respecto a otro tipo de obras y respetar sus límites; puede que al final, con paciencia y la seriedad que merece este arte para nosotros, logremos elevarlo a un sitio más digno del que se le tiene.
He sido contagiado por el entusiasmo de este proyecto y colaboraré en adelante con la causa: Pancho.
El primo más cercano al cómic es, por supuesto, el cine. La secuencia o serie de imágenes o viñetas, según sea el caso, son inherentes a su composición. Sin la existencia de la sucesión continua nos encontraríamos frente a un cuadro de Picasso, a una caricatura de Posada por ejemplo. Sin embargo, no es el único familiar que tiene. Normalmente, tal vez por su cada vez más mermada producción e interés del público, se olvida nombrar a la obra teatral como su prima hermana. Sí. A estas tres propuestas las une la sucesión de imágenes, viñetas o escenas: sin ellas no sería posible el desarrollo de la visión o interpretación personal o colectiva que quisiesen expresar. Uno lo hace mediante la celulosa y a velocidad de 24 cuadros por segundo; otro, culmina su construcción sobre el escenario; el cómic, lo hace desde hace tiempo en el papel y, ahora, con la llegada de la postmodernidad, también por la WEB.
Las tres desdoblan desde su seno un tema de interés humano, es el objetivo de su duración. Lo hacen mediante otro hilo que teje su familiaridad en su árbol genealógico: La ficción. Cada una interpreta el libreto a su manera y nos lleva de viaje al centro de la tierra o acompañar a don Juan Tenorio a las habitaciones de las bellas damas o presenciar La caída del murciélago. El guion se adereza con la focalización del director, podría quedar en ella, no obstante, ésta aparente restricción se desvanece cuando la obra conduce a la catarsis y logra el cuestionamiento personal o simplemente el divertimento.
La escritura, memoria auxiliar del ser humano, notifica cierto interés del hombre hacia la manifestación de visiones, interpretaciones personales o colectivas alejadas de cualquier interés vacío y plasmadas a través de diversos recursos como la arquitectura, la pintura, la música, la danza, la literatura: las bellas artes. El cómic, como se ha manifestado anteriormente, tiene similitudes asombrosas con dos de ellas, fácilmente podría ser hermandado con éstas, si bien pertenecen a la misma familia, el cómic tiene patria potestad sobre sus obras. Llamarla arte o simplemente artesanía, depende en medida de la seriedad con la que se le atienda, no se equivoque nadie, en este blog no venimos a imponer alguna definición, sino a cristalizar sus diferencias respecto a otro tipo de obras y respetar sus límites; puede que al final, con paciencia y la seriedad que merece este arte para nosotros, logremos elevarlo a un sitio más digno del que se le tiene.
He sido contagiado por el entusiasmo de este proyecto y colaboraré en adelante con la causa: Pancho.
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