Hoy que llegué de mis labores me encontré sin ningún cómic en especial que llamara mi atención para reseñar o del cual hacer un ensayo en el blog. Fue algo raro pero entonces ví en mi escritorio, donde los libros están apilados uno tras otro y ocupan el 70% del mismo, y encontré un libro recopilatorio de Jason; artista noruego. Ya famoso a nivel mundial su arte es novedoso, humorísticamente extraño y genial a la vez. Siempre lo tuve en mente como uno de los artistas de la Serie de la tristeza que hemos venido manejando pero al diablo, esto no entrará en la serie como la única entrada de Jason. Haré las que quiera y ahora solo trataremos de una; de Sshhh! y soy el mero mero de aquí así que se callan.
En Sshh! estamos ante una historia silente; una sin una sola palabra, obviamente. La totalidad de la misma se mueve, no como dice la contraportada de la historia, en diversos episodios de la vida de un hombre que bien podrían estar tirados al azar en la historieta. Si bien, como dice la contraportada, podemos hablar de la vida de un hombre, no estamos ante una progresión dela misma sino diferentes momentos en la vida de las personas que pueden pasar uno antes que el otro. Bien podríamos llamarlo un Bildungsromman (un término literario que habla, palabras más palabras menos, de novelas de aprendizaje) de crisis humanas. Claro, en el mundo de Jason todos estos están ilustrados en un mundo donde existe el extraño humor negro escandinavo y la potencialidad de los símbolos tomando vida en cualquier momento pero distendiéndose a lugares no esperados para nosotros.De esta manera podemos ver que un día el hombre...-pájaro se encuentra a la muerte y ésta empieza a vivir en su casa donde se comienza a preocupar por él y incluso se asusta cuando un autobús está a punto de atropellarlo.
El mundo de Jason siempre posee estas distensiones de la imaginación y lo imposible visto como lo más normal del mundo. Es de este modo que las crisis humanas son vívidas a través de símbolos que diluyen su misma realidad al verse en un universo donde lo inverosímil se ve tan cotidiano. A esto debemos añadir la ayuda que consigue la historieta al no utilizar palabras: la ventaja de ello es como el manejo del símbolo no es manchado por un atisbo de explicación ni una palabra. El mutismo es talento aquí, no falla.
Ahora, la tristeza. La impensable y total tristeza en esta obra. Es humana, demasiado humana. Ahí donde Ware debe desvanecerse en largas tiradas de muchas páginas donde combina mucha argucia de forma, Jason solo debe usar 6 viñetas en una sola página para mostrarnos un sentimiento: la tristeza inherente en ciertos momentos del hombre. Sea el rompimiento con alguien, dejar partir a un hijo, superar la muerte de alguien o luchar contra la soledad. Jason posee una tristeza,no en todas sus obras, donde nos describe lo difícil del proceso humano a diversos niveles. Claro, no siempre termina con ello. Por ello aquí en Sshhh! el personaje regresa al nido de donde salió y tocando una melodía que una vez abandonó. Un final que puede ser feliz o triste...o solo ser. Pues, como en toda obra de arte, la tristeza también se encuentra un poco en la lectura y la interpretación.
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