20.12.11

Joe Simon, 1913 - 2011






Hace algunos días murió Joe Simon a la asombrosa edad de 98 años. Él y Jack Kirby crearon juntos al Capitán America, una loca tarde de 1941, cuando Estados Unidos efervecía de patriotismo necesario en una guerra que aun dudaban ganar rápidamente. Aparte del sueldo a destajo que Timely Comics (el antecesor de Marvel) les pagó en aquel entonces, no volvieron a ver un sólo centavo de aquel redituable personaje, ni siquiera reconocimiento, pues su nombre no aparecía nunca en las historietas subsecuentes. Una historia que muchos comparten y que nos habla de la manera deshonesta en que se forjó la época dorada de los cómics norteamericanos. Bastantes años de la vejez de Simon se fueron en disputas legales interminables con Marvel cómics, hasta que en 2003, cuando contaba con 91 años, lograron llegar a un acuerdo. Kirby había muerto en 1994.

Pero Kirby y Simon hicieron mucho más, una labor inmensa y subterránea que atraviesa toda la mitología de las dos principales compañias de historietas del mercado. Tuvieron una gran producción de equipos patrióticos de adolescentes, que por aquel entonces estaban en boga. La Newsboy Legion y los Boy Commandos golpeaban molleras nazis y japonesas a lo largo de toda Europa y el Pacifico, mientras los dos genios escribían y dibujaban más de lo que podían controlar. Cientos de personajes salieron de sus manos y cientos cayeron al olvido hasta los años noventa, cuando la linea de Superman, a cargo entonces del no menos genial John Byrne decidió sacar algunos del olvido, impulso que atravesó la muerte del superheróe y no terminó sino hasta entrada la década del 2000, cuando el gusto por un kitsch menos antiguo y más de la época de plata se apropia de toda la linea editorial.

A esta mancuerna le debemos muchas más cosas que Sandman y Manhunter, fueron los pioneros en la historieta romance y la de terror, aquello que terminaría en el fenómeno E.C. Comics y los Tales from the crypt. Simon, a su vez, fundó Sick, una revista satírica donde muchos de los contribuyentes legendarios de MAD se foguearon y dieron sus primeros pasos. Fueron competencia durante diez años, hasta que el mercado aplastó a Sick, y entonces fue cuando los restantes se pasaron. En los 70 llegaron a inyectarle nueva vida a una eternamente moribunda Harvey Comics (si, la de Gasparín) y en 1976, Simon, junto a otro grande de la época de plata, Jerry Grandennetti, inventaron a los estrafalarios Outsiders. En 1999 entró al Will Eisner Comic Book Hall of Fame .

En 2007, cuando le anunciaron la muerte de Steve Rogers dijo: es un pésimo momento para que se vaya, ahora es cuando más lo necesitábamos. Kirby y Simon sabían que el Capitan America no representaba el expansionismo norteamericano, sino lo que mejor había en la gente de Estados Unidos. En los años ochenta recuerdo a un descastado Steve Rogers perseguido por el comité de asuntos superhumanos combatiendo contra un Ronald Reagan convertido en serpiente, negándose a trabajar para un gobierno sin ética alguna que bien podía comprar droga en Colombia para armar a Irán y a los contras nicaragüenses, como darse baños de pureza frente a sus enemigos soviéticos. Estoy seguro que Simon lo aprobaba.

Simon nunca fue tan reconocido como Kirby, pero juntos eran lo mejor que una época pudo dar. Sus personajes comenzaban siempre debiluchos o a veces no eran más que niños, pero un fuerte sentido de la responsabilidad los acuciaba sin descanso. A veces no tenían idea de lo que hacían, pero sabían que era lo mejor El pathos de Spider Man no era ninguna novedad para 1962, excepto porque tenía que pagar sus estudios. Si alguna vez abriste un comic de horror, de amor o de superheroes en los últimos cuarenta años, Simon y Kirby están ahí, de alguna manera. Ya sea porque inventaron el 30% de los personajes que actualmente se disparan como idiotas rayos por la boca o porque influyeron directa o indirectamente en sus creadores. Crearon el romance, el horror, la vulnerabilidad, la venganza y el honor. Sabemos que de eso se trata la vida.

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