A continuación pongo un extracto de un libro que tengo inédito sobre ensayos de cómics (Nota del editor: con inédito el pobre diablo se refiere a que se lo han rechazado en todos lados)
Mafalda y Calvin, verdaderos
niños en el cómic
Es difícil hablar de un
personaje nicho como Mafalda. Es el símbolo de la historieta de su país: ha
educado a miles de personas desde el inicio de los más de cuarenta años que
lleva en circulación e incluso es un icono de la historieta a nivel
hispanoamericano. De los personajes conocidos en historieta en el formato de
periódico y seminario, Mafalda es de los pocos personajes en surgir en una
plática cotidiana junto con otros personajes como Garfield, Calvin & Hobbes
y Charlie Brown. Aún más, ha ayudado en campañas de la ONU. No se puede hablar
a la ligera de una obra de la que se ha dicho todo y ha aparecido en todos
lados. Sin embargo, su influencia no puede pasarse por alto. Es un hito dentro
de la historieta y ha sido gran referente de un gran número de autores; además,
sus rasgos todavía pueden encontrarse en historietistas de épocas más modernas,
sea parodia, homenaje o influencia.
Paralelamente, existe otro personaje con
la misma historia que Mafalda. Si bien su circulación fue más corta y mucho más
reciente, es también resonado en el campo mundial del cómic. Con solo diez años
de publicaciones ha logrado colarse con las grandes obras americanas como Charlie Brown, Krazy Kat y Gasoline Alley. Solo con un niño
problemático y un tigre de peluche, Calvin
& Hobbes, obra de la pluma de Bill Waterson, capturó el corazón del
mundo. Todavía hoy es impresa por cientos de periódicos alrededor del mundo a
pesar de ya no contar sino con repeticiones de las viejas historietas.
La razón del éxito de estas dos
historietas no es una novedad técnica, ni tampoco un uso de argumentos límite
en los cuales se explote las sensibilidades de los lectores o un atractivo
diseño de personajes, la razón de su éxito es una muy simple. La tradición del
niño, la visión madura de un mundo a través de los ojos de un niño de no más de
10 años.
A partir de Charlie Brown, el eterno niño
deprimente, se forja esta idea del niño adulto o niño super-consciente a través
del cual el mundo es discutido o alterado. Mafalda y Calvin & Hobbes no
hace sino seguir la tradición, mas,
existen diferencias fundamentales en estas dos visiones a las cuales vale la
pena rescatar y analizar. Del arquetipo de niño adulto que es Charlie Brown se
forman estos dos cómics. Pero así como el arquetipo no es duplicado con
exactitud sino maleable a los ojos del autor, los moldes usados para Mafalda y
Calvin son diferentes.
Mafalda
Siempre se privilegia a
Mafalda como la niña adulta por excelencia en la historieta en español. Sus
proclamas por las democracias y los aprietos en los que pone a su padre con sus
preguntas la hacen ser un prototipo de
niño deseado por todos.
Dibujada por Quino durante los años de
1968 a 1973, Mafalda fue una niña peligrosa desde su comienzo. Trataba temas
espinosos como la dictadura o las injusticias a nivel mundial. No era bien
vista por sus ataques feroces a ciertos aspectos del gobierno argentino y le
causó problema a su autor varias veces. La política siempre es rápida para
aplastar a sus detractores.
Tristemente, la verdadera acidez de la
historieta ha quedado perdida pues las ediciones de Mafalda llegadas a los
países extranjeros no contienen estas tiras donde los ataques eran menos
velados y más directos, también el referente se llegaba a perder. Todavía hoy,
las versiones impresas de Mafalda no contienen las tiras ácidas de las que
hablamos; por ende, la versión de niña-adulta conocida de Mafalda es ahora una
fiera serena; su crítica ya no es la misma. Si se desea, se pueden conseguir
las tiras no impresas de Mafalda en un libro dedicado específicamente a ello.
Contiene también un contexto histórico para posicionarnos pero el personaje
conocido por todos es una Mafalda todavía guerrillera y activista aunque se
perdió algo de carácter dentro de ella. Aunque de este modo, la tira pudo
volverse universal; al no estar restringida por el tiempo ni la ubicación ni
otros aspectos del contexto.
Este ablandamiento del personaje la llevó
a ser comparado con Charlie Brown, cosa
pausible pues los dos vienen de la tradición del niño adulto— si bien Schultz
es el referente en cuanto el niño adulto, no es el primero en usar este tipo de
personajes.
En un aspecto donde se puede encontrar un
verdadero paralelismo, no obstante entre los dos niños adultos, tiene que ser
por supuesto en la existencia no solo de
los protagonistas sino todo un reparto de compañeros y familia. Entre
todos estos personajes siempre destacan los niños. Siempre se destaca a los
protagonistas sobre los demás pero sus compañeros también presentan un valor a
la historieta. En el caso de Mafalda, le dan vida.
Quino pareció elegir a un niño para cada
aspecto de un mundo terrible y estancado. Son distintos aspectos de la niñez
pero también del mundo adulto. Felipe, Susanita, Manolito, Miguelito, Libertad
y Guille se movían en los propios aspectos del mundo adulto y el choque de
personajes fuera de los concernientes a Mafalda, cuya concentración era
normalmente el de gobierno, era factor de reflexión y risa. Al observar este
aspecto, sin embargo, no se debe pasar por alto la magnífica construcción de personajes
realizada por el autor.
Así, cada niño tenía su propio aspecto de
niño-adulto en el cual trabajar. Susanita era un recipiente para tratar los
aspectos vanidosos del humano, su característica madurez era su visión de
crecer y tener hijos y ser una simple ama de casa —personaje altamente
contrastivo con Mafalda y con la cual siempre tenía rencillas.
Manolito era, de la misma manera, un niño
comerciante. Obsesionado con el aspecto pecunario, Manolito hacía de todo para
reflejar las faltas y barbaridades cometidas por éstos. A tal punto cumplía su
función, que apoyaba los malos productos de su papá y defendía un almacén
evidentemente lleno de fallas hasta el final.
Libertad llegó más tarde al cómic y fue
una adición a Mafalda, la recia combatiente por la democracia y la igualdad,
pero así como Mafalda se llevaba la vida deprimida y en un estado irónico por
los fracasos del idealismo y la permanencia de la democracia, Libertad siempre era
idealista, buscando la revolución que le daría el poder al pueblo. Aunque en
último nivel, no comprendía al mundo. Libertad se comportaba como el perfecto
adulto idealista que no conoce la sociedad y se sorprende al comprender la disparidad del idealismo y la realidad.
Libertad representa a los valores muertos en su versión de niño-adulto. Aunque
hacerlo es molesto para ella, si se le estudia así; no la hacemos sino un
panfleto.
Los últimos personajes, Felipe, Miguelito
y Guille, son agrupados en un mismo grupo de niños adultos por una razón: son
varias caras de una misma moneda. Si Manolito, Susanita y Mafalda muestran los
aspectos del niño-adulto escéptico, demasiado humano o crítico, los otros
personajes son todo lo contrario. Una extraña mezcla de niño-adulto pues son
adultos-niños o mejor dicho, para escapar un nombre tan estúpido, simples
niños. Una muestra del niño que existe en todos nosotros en los aspectos del amor y los deberes así
como la madurez, Felipe, la inocencia pura hacia los males del mundo y la
envidia y devaneos propios de un menor, Miguelito, así como el niño con deseos
de ser grande —pero no el grande de los niños-adultos sino un verdadero afán de
descubrir el mundo de los mayores por parte de un niño— pero enfoca todo el
mundo con una perspectiva y pureza infantil.
Falta analizar aquí, al personaje
principal, Mafalda. Tan reconocida es que no es necesario describir pero sí
destacar su actitud inquisitiva, la cual es lo que la hace chocar
constantemente con el mundo adulto llevando a las situaciones por las cuales se
le reconoce, no entender a los adultos.
Se mencionó a Libertad como la contraparte efusiva de nuestra protagonista pero
no por ello debemos entender el total abandono de la esperanza por parte de
Mafalda. Simplemente es cautela, curiosidad e ironía mezcladas. Las
herramientas de defensa más conocidos por los escépticos. Todos sabemos, no
osbtante, que detrás de todo escéptico existe un creyente fervoroso.
De esta manera, los niños de Mafalda son
un grupo de adultos debatiéndose todavía en un mundo de la infancia. Los
malentendidos de estos personajes construidos alrededor de un mundo en donde no
los entienden no puede sino ser enternecedor. En un punto de vista personal,
donde Charlie Brown mostró a personajes con psicologías llenas de problemas,
haciéndolos efectivamente adultos, Quino tomó estereotipos adultos y los formó
en niños. Poseen la visión del adulto pero están suficientemente dentro del
mundo infantil para no ser engullidos por sus problemas pero si para ser
guiados por sus obsesiones.
Calvin & Hobbes
A diferencia de Mafalda, la
cantidad de personajes en esta tira es menor. Los protagonistas son dos,
Calvin, un niño hiperactivo y con un masivo problema de comportamiento pero con
gran imaginación, y Hobbes, un tigre de peluche que salta a la vida en momentos
totalmente convenientes.
La tira de Waterson ha sido inmensamente
exitosa. Esto es explicable en primer grado por las innovaciones hechas,
normalmente en los formatos de domingo donde las historietas de periódico
ocupan más espacio, y la segunda, y más importante, es la revolución del
arquetipo del niño-adulto.
Calvin es todo lo contario a Charlie
Brown. Casi nunca es depresivo, ni se deja someter por ningún problema o ley.
Es rebelde y mal portado; sobre todo, su imaginación lo lleva en aventuras
inimaginables junto con su fiel compañero de peluche. Y también odia a las
niñas. Algo intrascendente pero meritorio marcarlo.
El complemento de Calvin, en personaje y
travesuras, es el tigre de peluche animado Hobbes. Lo acompaña en todas sus
aventuras, excepto cuando está en la escuela, y lo ayuda a escapar, después de
meterlo, en problemas. Cuando llegan a discutir, el tigre siempre sale
ganando. Algo obvio pues es un tigre, y
está orgulloso de serlo.
La contraparte del protagonista viene en
la forma de su compañera de escuela Susie, una niña-adulto totalmente formada.
Desde pequeña conoce su objetivo y trata la vida con una seriedad digna de un
CEO de compañía internacional. Los dos tiene constantes enfrentamientos, aunque
el lector bien sabe acabarán casados algún día. Entre los personajes
secundarios se encuentran los padres de Calvin, Su niñera, al abusón de la
clase y su maestra.
También son recurrentes las fantasías de
Capitán Biff, El club de las niñas son apestosas, Los deslizadores de nieve,
los monstruos debajo de la cama y los dinosaurios de Calvin, además de gags continuos sobre muñecos de nieve.
Situaciones lo suficientemente repetidas para merecer mención aquí.
Se debe aclarar los nombres de los
filosófos Calvin y Hobbes en los cuales se basaron los protagonistas. Es la
primera señal de la construcción del niño-adulto de Waterson. Mas, no se puede
hablar de una directa influencia filosófica de estos autores.
Hasta este punto, la vida de Calvin no
parece ser la de un niño-adulto. No posee una visión crítica de las cosas ni
parecer ser agobiado por problemas como
Mafalda o Charlie Brown. Ciertamente, no se puede comparar el nivel de
reflexión de Mafalda sobre las estructuras sociales contra el deseo de Calvin
de comer choco-bolas con triple azúcar.
Para esto, el autor aprovecha la visión
desenfadada de Calvin. Es una jornada de descubrimiento del lector. Son
lecciones de vida en movimiento. Las actitudes de Calvin nos enseñan verdades
de vida de una manera inusitada. Desde la muerte de un pequeño mapache hasta la
destrucción de un hormiguero, Calvin nos hace percibir las alegrías y
tempestades de la vida a través de sus ojos. Es un niño-adulto en la visión de
su descubrimiento por medio de la experiencia del empirismo.
Calvin, como nos revelan otros volúmenes
de sus historietas, no está solo. Muchas de estas lecciones de vida son
aprendidas e incluso reflexionadas desde el punto de vista de Hobbes y su
padre. Ellos son su sostén para que nuestro protagonista aprenda más y se
desarrolle como niño. Waterson nos realiza la broma final: El niño-adulto
construido al final se encuentra dentro de nosotros, Calvin solo ejerce su
vida.
La última tira es un himno a esta
construcción de Waterson, un último guiño a la aventura del descubrimiento de
la niñez. Una continuación de la melancolía a nuestra realidad. De un modo totalmente lockiano, Calvin &
Hobbes se maravillan ante la blancura dejada por la nevada de un día
anterior. Mencionan excitados la
posibilidad de la blancura, de iniciar todo y colorearlo, del descubrimiento de
nuevas cosas. Los dos suben a la cima de la montaña…. Y se lanzan, “Vamos a
explorar”. Sobra decir que esta tira todavía causa lágrimas y melancolía a los
fanáticos del cómic.
La historia del niño-adulto no termina con
estas dos historietas. Ni siquiera tampoco con Charlie Brown. Existen multitud
de tiras con el mismo propósito: enseñar a través de los ojos del niño, reformular
nuestro universo con una inocencia. Por un lado tenemos al webcómic Count your sheep que muestra lo mismo y
en ciertos momentos de Persépolis tiende a mostrar a la pequeña Marjane como un
niño adulto.
No debemos perder de vísta la tarea principal
del niño-adulto. Es una invitación. Nuestras modernas percepciones han
enterrado gran parte de los conocimientos dispuestos por el mundo, la
ingenuidad y madurez inusitada del arquetipo nos invita a descubrirla de nuevo.
Solo tenemos que lanzar a explorarla. Como niños o como adultos.
sobre todo para calvin, me parece que es más fuerte como niño-adulto que finalmente no desea ser un adulto nunca. sus reflexiones deslizándose colina abajo nunca despegan de su contexto inmediato: es feliz como niño y la mayoría de sus aventuras son siempre las de un niño -si acaso sus reflexiones o retórica pueden ser las de un adulto o uno de esos niños modernos súper desarrollados.
ResponderEliminarademás, estoy seguro que el empeño que le ponía Waterson al detalle en los dibujos y la suavidad de su trazo siempre ayudaron muchísimo con su público.
calvin & hobbes es una de las mejores historietas del mundo :)
Pregunta: ¿puedo utilizar este escrito para publicarlo en un periodico?
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