En el cómic también ha florecido el género del terror. Existen
una gran cantidad de cómics que tratan el tema de lo siniestro en cualquier
presentación: historias de fantasmas, monstruos, extraterrestres, y cualquier
otra clase de terror misterioso o sobrenatural.
Junji Ito es un escritor de terror extraordinario. Pocas
veces uno se puede encontrar con un autor, en cualquier medio artístico, cuyas
obras tienen tanta originalidad y sorpresa. Mezclando la cotidianeidad con lo
sobrenatural, Ito nos cuenta historias que nos aterran y nos fascinan, demostrándonos
que el terror puede existir en cualquier aspecto de la vida diaria, incluso en pequeñísimos
detalles.
Los argumentos de sus historias son sencillos, y me
recuerdan un poco a los argumentos de las historias del maestro del terror H.P.
Lovecraft: el protagonista de la historia lleva una existencia bastante común y
de pronto se ve envuelto en una serie de eventos sobrenaturales que terminan
por desquiciarlo.
Al igual que en las historias de Lovecraft, el protagonista
de la historia descubre aspectos del mundo que los seres humanos no deberíamos
de conocer, se enfrenta a fuerzas sobrenaturales que van más allá de su
comprensión y, generalmente, termina perdiendo la razón y la vida.
Fuera de las tramas simples, un aspecto que define bastante
la obra de Junji Ito son sus dibujos. Las expresiones de los personajes son
bastante detalladas, principalmente al momento de expresar terror, horror,
pavor, miedo, pánico, o completa locura. Pero lo más impresionante de los
dibujos de Ito es lo bien que dibuja criaturas y seres grotescos que conviven a
la par de los protagonistas humanos. Seres que no deberían de existir y que,
eventualmente, causan la muerte o locura inmediata a quienes los conocen.
La primera historia de Junji Ito que leí fue una colección
de historias de Tomie, quizá el personaje más famoso del mangaka. Las historias
nos hablan del espíritu inmortal y vengativo de una adolescente que, con su
belleza, lleva a la locura y a la muerte a los hombres que de ella se enamora.
Como la Rubí de Yolanda Vargas Dulché, pero en japonés y con deformidades
grotescas.
Recomiendo ampliamente revisar la obra de Junji Ito.
Considero que sus esfuerzos en hacer interesantes historias de terror son
bastante buenos, si acaso a veces parecen ser repetitivos los temas (la muerte
y la locura, principalmente).
Ah, y si piensan leer Uzumaki, háganlo en un lugar en el que
no haya espirales cerca. Y evítenlas por un buen rato. Confíen en mi.
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